jueves, 16 de febrero de 2012

BAQLAWA

¡Hola!
Nombre raro, ¿verdad?. A mi me pasaba igual hasta ayer que ví esta receta en televisión. Y me encantó.
Un poco de historia. Es interesante conocer el origen de este postre:
Se remonta a la antigua Mesopotamia. Se cree, sin embargo, que los asirios, cerca del siglo VII a. C, fueron los primeros en colocar unas pocas capas de masa de pan junto a nueces trituradas entre esas capas, añadiendo un poco de miel y horneándolo en sus hornos de madera primitivos. Esta temprana versión del baklava se cocinaba sólo para ocasiones especiales, siendo de hecho considerado históricamente una comida para las clases acomodadas hasta mediados del siglo XIX.
Los marinos y mercaderes griegos que viajaban hacia Mesopotamia, pronto descubrieron las delicias del baklava y llevaron la receta a Atenas. El mayor aporte de los griegos a la elaboración de la masa, es la creación de una técnica de pastelería que hace posible amasarla hasta dejarla fina como una hoja, comparada a la áspera textura, similar a la del pan, de la elaboración asiria. En el siglo XV, los otomanos invadieron Constantinopla, expandiendo sus territorios a gran parte de los antiguos territorios asirios y al reino Armenio por completo. Por cuatrocientos años, desde el siglo XVI, hasta la declinación del Imperio otomano, en el siglo XIX,, las cocinas del Palacio Imperial Otomano en Constantinopla, se convirtió en el cenit culinario del Imperio.
Vale. Tras la lección de Wikipedia (yo no doy para tanto), os propongo este postre que será un éxito si os atrevéis a hacerlo. Os lo aseguro por la cara de mi tribu cuando lo ha probado. Laborioso, pero nada difícil.







INGREDIENTES:

* 1 Paquete de pasta filo.
* 250 Gr. de mantequila sin sal.
* 1 Tazón de frutos secos triturados (piñones, almendras, pistachos y nueces)
* Cucharada de azúcar.
* 1 Pizca de clavo molido.
* 1 Pizca de canela molida.
* Pistacho molido para decorar.

PARA EL ALMIBAR:

* 1 Taza de agua.
* 2 Tazas de azúcar.
* 1 Cucharada de limón.
* 1 Cucharada de agua de azahar.

1.- Trituramos los frutos secos en un mortero si no disponéis de robot. Añadir a la mezcla la cucharada de azúcar, la canela, la nuez moscada y un trozo de mantequilla. Dejar fundir o meter unos segundos al microondas para que se haga una masa.


2.- Cortar la pasta filo en unas láminas que tengan la misma anchura que la fuente de horno en la que vamos a cocinar. Un método similar al Apple Struddel. Es decir: capa de pasta filo, y mojar con un pincel con el resto de la mantequilla derretida. No olvidar pintar la fuente de horno antes de poner la primera capa.


3.- Así hasta seis capas. Una vez que se hayan pintado todas, ponemos la mezcla.



4.- Volvemos a poner otras seis capas encima de la mezcla con el mismo método y cerramos los bordes. Mientras tanto vamos haciendo el almíbar con agua, azúcar, limón y agua de azahar. Mover hasta que rompa a hervir y retirar.



5.- Antes de meter al horno el pastel, lo cortamos con un cuchillo de punta muy fina. Lo ponemos al horno a 180º hasta que veamos que está dorado.



6.- Cuando ya esté dorado, lo sacamos, lo ponemos en una bandeja y lo empapamos con el almíbar. Dejar enfriar y luego decorar con el pistacho que habremos picado. Ya está. Os aseguro un triunfo de crítica y público.
¡A disfrutar!